Con la lactancia puede aparecer una infección conocida como mastitis. Esta se produce por la contaminación de las grietas o los conductos del pezón, lo que ocasiona una molestia y dolor en los senos por la inflamación de las glándulas mamarias. Felizmente existen algunos consejos y trucos que debes tener en cuenta para prevenir la mastitis y tener una lactancia saludable.
La mastitis se presenta como un dolor en el seno afectado, con una apariencia dura y caliente. Cuando la infección es fuerte, el pezón segrega un líquido de color amarillo verdoso y el seno podría también presentar alteraciones como grietas anormales. Como toda infección, también puedes sentir fiebre y malestar general. No te preocupes, podrás evitar la mastitis si eres precavida y sigues los consejos que te daremos.
Tips para evitar la mastitis
- Alterna los senos cada vez que alimentas a tu bebé, así evitarás la congestión mamaria.
- Vacía cada seno antes de ofrecer el otro a tu bebé.
- Asegúrate de que tu bebé esté succionando de la forma correcta.
- Da de lactar cada dos horas para que la leche no se acumule.
- Limpia tus pezones antes y después de amamantar. Haz suaves masajes circulares con una toallita limpia humedecida en agua tibia.
- Un truco es cepillar suavemente tus pezones con un cepillo de dientes limpio que no uses.
- Evita dormir boca abajo.
Mamita, no olvides dar de lactar a tu bebé cada dos horas aproximadamente, ya que este es el mejor remedio para evitar la inflamación. Si tienes síntomas más graves como fiebre, dolor agudo y secreciones en los senos debes visitar inmediatamente a tu médico.
Si no puedes dar de lactar tan seguido por tu trabajo, entonces puedes almacenar tu leche tal como te explicamos en la siguiente nota.