Mami, los hábitos para una buena higiene personal de tu bebé son realmente necesarios e importantes para ser adoptados, de esa manera cuidarás directamente el cuerpo de tu pequeño y tendrás el adecuado orden para hacerlo. El beneficio de adoptar estos hábitos es el de evitar infecciones y beneficiar su sistema inmune.
Desde que tu bebé llega a casa, lo primero que una buena madre hace es estar pendiente del cordón umbilical y dedicarle una adecuada limpieza. Evita darle baños en la tina mientras no se le caiga el cordón, para ello podrías optar por los baños de esponja. Recuerda que esa partecita se caerá entre los 7 y 21 días después del nacimiento.
El siguiente paso es limpiarle con minuciosidad sus partes íntimas. Esta labor demanda mucho cuidado pues se tiene que evitar que las heces entren en contacto con los genitales. En el caso de las niñas, la limpieza se hace de adelante hacia atrás (de la vulva hacia el ano), cuando esté todo seco, aplícale una cremita protectora en las partes externas, en los pliegues y alrededores del ano.
La limpieza de las partes del niño también requiere especial cuidado pues su orina se esparce por todas partes. Antes de retirar el pañal, sujétalo por unos segundos, esto se debe a que muchos bebés orinan en el momento de quitárselos. Al abrirlo, retira las heces con toallitas, luego pasa una esponja por su abdomen, ombligo, muslos y debajo del pene para que no queden resto de orina. De igual modo que las niñas, aplícale una crema protectora cuando esté sequito.
Cámbiale el pañal con frecuencia y así evitarás irritaciones. Igualmente límpialo con productos adecuados y, si es posible, no uses los que posean gran cantidad de químicos. Mientras lo cambias, comparte con él jueguitos o hazle mimos, eso también forma parte de su higiene que contribuirá en el aspecto emocional.
Mami, incluye en los hábitos de higiene el hecho de revisarlo constantemente si es que su ropita está húmeda, ya sea por un poco de pis que se escapó o si se le derramó la leche, de esta manera harás que no se irrite su piel.
El momento del baño también forma parte de toda esta práctica, sin embargo no es necesario que sea a diario, ni mucho menos limpiarlo a fondo con jabones o luego aplicarle talco. Siempre es necesario revisar y limpiar sus orejitas, nariz y ojitos pero, al igual que su piel, evita que sea a profundidad para no hacer daño.