Mirando fotos antigüas de la infancia, de mis padres y mías, y comparándolas con las nuevas que tenemos ahora de nuestra familia, es curiosa la evolución que ha sufrido la moda infantil a lo largo de los años. La ropa de los niños ha ganado en comodidad a la par que los padres perdemos cada vez menos tiempo en dedicarnos al lavado y cuidado de la ropa. Yo hasta los 12 años iba vestida con vestidos de nido de abeja y lazo atrás. Chaqueta de punto a juego con el color predominante del bordado de la pechera, calcetines y ropa interior de perlé. En mi infancia no había sitio para pantalones, ni aunque fuera lo más trendy en la moda infantil de verano.
En la actualidad, por suerte, estas cosas han evolucionado y hoy en día apenas se distingue la ropa de vestir, o de los domingos como deciamos en mi epoca, que la de diario. Asimismo las telas son hoy de mucho más fácil planchado y apenas se arrugan, antaño había que clavar la plancha. Hoy en día los padres valoramos la comodidad y buscamos ropas para nuestros hijos que no requieran lavado a mano y cuyo tejido facilite que las manchas salgan con el lavado en la lavadora.
Afortunadamente, hoy en día mucha de la moda infantil para niños también es unisex. Niñas y niños van vestidos con pantalones lo que encierto modo las facilita poder trepar, correr y saltar cómo ellas quieran. Las prendas infantiles han de ser resistentes, cómodas y con tejidos naturales que faciliten la transpiración; pero a la vez los padres también pedimos que no se arrugen y que a ser posible no requieran plancha.
En suma la moda infantil ha sufrido una gran evolución en los últimos años. Ya no se mira tan solo la belleza de la prenda sino la comodidad y la practicidad. Estas son variables que se han introducido hace relativamente poco en la moda infantil. Comodidad y estilo es lo que debemos buscar.