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Tu mejor amigo también puede ser amigo de tu bebé



Desarticulando mitos sobre bebés y mascotas bajo un mismo techo.

Cuando una pareja descubre que está embarazada le embarga la emoción y cuando una pareja con un ser querido -perrito o gatito- lo hace, además de emoción, tiene la expectativa sobre si su mascota se llevará bien con el bebé a llegar. Existen posturas sobre si es adecuado tener una mascota cuando se está embarazada o cuando llegue el recién nacido. Por eso, debes saber primero: cada mascota tiene una personalidad ya que no todas son iguales.  En segundo lugar: la crianza es muy importante para determinar su comportamiento.

Estudios han revelado que aquellas familias que tienen un bebé, suelen pasar menos tiempo con sus mascotas. Esto es comprensible dado que la nueva vida necesita atención y cuidados, mientras que nuestra mascota es más independiente. Sin embargo, es importante no descuidar a nuestro animalito pues es un ser con sentimientos que necesita amor, atención y seguridad. También debes velar por su salud, teniendo al día sus vacunas.

Para que nuestro perrito o gatito pueda adaptarse a la nueva presencia en el hogar, debemos prepararlo. Su instinto detectará el cambio en la futura mamá y percibirá los arreglos que se irán haciendo en el espacio que ocupará el bebé, pero también es muy importante explicarles que pronto llegará un nuevo miembro a la familia. ¡Háblale!

Si bien nuestros animalitos pueden ser limpios, son, finalmente, animales, y lamen constantemente su cuerpo, huelen los desechos de otras mascotas y por ende, transportan microbios y organismos que no queremos cerca del bebé. Por ello es recomendable enseñarles que no deben ingresar al cuarto del bebé. Cuando el bebé ya está en casa coloca un tul protector sobre la cuna para evitar que tu mascota entre en contacto con la cuna, evitar que se frote con los muebles, etc. Sobre la convivencia entre mascota y bebé, recuerda que siempre debe realizarse en espacios controlados donde tu atención esté enfocada en tu bebé ya que nunca debes dejarlos solos.



Los gatos, la toxoplasmosis y el embarazo

El toxoplasma gondii es un parásito que vive en las carnes infectadas de animales que no estén bien cocidas, en los vegetales sin lavar, en la tierra o cajas de arena de gatos. Una madre gestante puede contagiarse si ingiere algún alimento contaminado con las heces del gato que esté infectado. Para prevenir, es importante practicar un exámen de descarte al gatito. En caso padezca de Toxoplasmosis, se recomienda que la gestante no manipule la caja de arena, que preste mucha atención a sus alimentos para que no estén en contacto cercano con el felino, consumir alimentos bien cocidos y bien lavados, no tener contacto con áreas donde circulen insectos ya que estos son canales de contaminación de este parásito.