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Salud infantil: ¿Por qué son importantes las vacunas?



Las vacunas o inmunizaciones estimulan la producción de anticuerpos que luego se convierten en defensas  contra una enfermedad determinada. Así el niño estará protegido ante futuros contactos con los agentes infecciosos de la enfermedad contra la que se le vacunó.  Durante muchos años, las vacunas han protegido de enfermedades a generaciones y gracias a su uso desde el nacimiento se han podido evitar epidemias, secuelas en la salud de los infantes e incluso la muerte.

¿Existe una relación entre el autismo y las vacunas? 

Durante los últimos 15 años, científicos han buscado la relación entre las vacunas y el autismo para resolver la teoría de que este último es producido por la aplicación de las vacunas desde el nacimiento.  En ese largo periodo de investigación, no se ha podido concluir que dicha relación existe y a pesar de existir grupos activistas que siguen en contra del uso de vacunas, estas aún son recomendadas y respaldadas por la Organización Mundial de la Salud.

¿Por qué vacunar a mi hijo por varias enfermedades al mismo tiempo?

Al aplicar una vacuna para una, dos y hasta tres enfermedades al mismo tiempo, no aumenta la posibilidad de presentar reacciones adversas. En la actualidad, el sistema de producción de vacunas es sumamente cuidado y es la respuesta a muchos años de investigación y mejora en la tecnología y ciencia.

¿Cuáles son los riesgos de no vacunar a nuestros hijos?

Existen enfermedades que han sido controladas en las últimas décadas gracias al uso de vacunas en los niños. Al no emplearlas, corremos el riesgo de que nuestro hijo contraiga la enfermedad y experimente los síntomas de la misma. Estos pueden variar dependiendo de la enfermedad contraída pero básicamente ocasionan malestar y dolor para nuestros hijos e incertidumbre sobre su bienestar, a nosotros sus padres. Una enfermedad para un niño de 6 meses puede ser más severa que para un niño de 2 años e incluso desencadenar consecuencias para su salud a lo largo de su vida. Si bien un porcentaje menor de niños llega a sentir reacciones adversas contra la vacuna, estas son básicamente el malestar producto del agente colocado pero con el pasar de las horas o en cuestión de días podrá disiparse. Vacunando a nuestros hijos podemos asegurarles un estado de salud óptimo y preparado para defenderse contra enfermedades elevando su sistema inmunológico.